Para entender el estreñimiento y los gases hay que saber algo primero:
El cuerpo humano de un adulto está formado por 1013 células, mientras que sólo en su tracto gastrointestinal tiene 1014 bacterias, lo que significa que tiene 10 veces más bacterias en su intestino que células en el cuerpo (1).
Más del 70% de estas bacterias se encuentran en el colon, dónde actúan como un verdadero “órgano” cumpliendo funciones vitales para la salud humana, pero también generan pedos.
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¿Quien se come mi fibra?
La mayor parte de las bacterias del colon son anaeróbicas y participan de la digestión a través del proceso de fermentación, principalmente de la fibra soluble (frutas, verduras…), del almidón resistente (tubérculos, legumbres…) y de los azúcares simples (fructosa, lactosa…) y polioles (xilitol…) que pueden escapar de la digestión.
Ciertas cantidades de proteínas, lípidos, y polifenoles de la alimentación, también escapan de la digestión y también pueden nutrir la flora del colon (3).
A partir de esta fibra las bacterias producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), esenciales para una gran cantidad de funciones, como por ejemplo, el mantenimiento de la salud del colon (mantenimiento del pH ácido, sustrato energético para los colonocitos, producción de mucina y péptidos antimicrobianos…) y el óptimo funcionamiento del sistema inmune (control de la inflamación, producción de linfocitos Treguladores…) (2).
En una situación fisiológica, del proceso de fermentación de la fibra fermentable en el intestino grueso, además de dar como resultado los importantísimos AGCC, también se forma una cierta cantidad de gas, principalmente CO2, hidrógeno (H2), y metano (CH4), que constituyen una gran parte los gases que expulsa diariamente una persona.
Otros gases como el nitrógeno (N2), el oxígeno (O2), o el sulfuro de hidrógeno (H2S), entre otros, terminan de completar la composición (4). Estos gases son conocidos coloquialmente como pedos.
Por lo tanto, los procesos de fermentación en el colon son sanos y necesarios para el mantenimiento de una buena salud, pero a su vez, pueden tener una “cara oscura y maloliente”. Esto es fundamental para entender el estreñimiento.
Estreñimiento: El gas metano (CH4): el bueno, el feo y el malo
El bueno: el gas metano es un gas incoloro e inoloro. En el cuerpo humano, el gas metano es producido exclusivamente a través de la fermentación de la flora intestinal. La flora metanogénica tiene la capacidad de convertir parte del H2 resultante de la fermentación de la fibra fermentable en CH4.
En ratas estériles, dónde la fermentación es inexistente, no hay producción de gas metano (5). Por lo tanto, un sujeto sano, con un intestino sano y una dieta rica en fibras fermentables produce una cierta cantidad de gas metano (literalmente, se tira algún pedo inoloro).
El feo: el gas metano se asocia a la presencia de estreñimiento. En humanos se ha observado una mayor presencia de gas metano en los sujetos con estreñimiento, aunque no se sabe si dicho gas es causa o consecuencia del enlentecimiento del tránsito intestinal. Dos estudios, uno realizado en perros y otro en roedores han observado como la infusión de gas metano en el intestino, provoca el enlentecimiento del tránsito, lo que puede corroborar la hipótesis que el gas metano en ciertas cantidades puede provocar estreñimiento (5).
El malo: por si el feo no os pareció suficientemente malo, hay que decir que el gas metano es altamente inflamable. Se han descrito casos de explosiones durante intervenciones quirúrgicas del colon o colonoscopias. Se considera que si la presencia de gas metano supera el 5% es potencialmente explosivo, y que aproximadamente el 42% de las personas sometidas a colonoscopias tienen concentraciones de gas metano potencialmente peligrosas para la intervención, antes de la imprescindible limpieza del colon (6). Actualmente se utilizan diferentes tipos de purga que buscan reducir la cantidad de gas, entre otras cosas, antes de las colonoscopias.
La bilis, inhibición de la metanogénesis y la recuperación del tránsito intestinal
La bilis es una sustancia amarillenta producida por el hígado, almacenada en la vesícula biliar y liberada al duodeno durante los procesos digestivos. Cumple funciones antimicrobianas y digestivas, emulsionando los ácidos grasos para que puedan ser digeridos por las enzimas digestivas.
La mayor parte de los ácidos biliares son reabsorbidos al final del intestino delgado, aunque una pequeña parte es liberada al colon. Allí puede ejercer un efecto inhibidor de la metanogénesis (7) y acelerador del tránsito intestinal, pudiendo incluso provocar diarrea cuando existe una mala absorción de los ácidos biliares (8).
Las personas que padecen síndrome del intestino irritable con predominancia para el estreñimiento, pueden presentar un flujo biliar disminuido (9).
Estos consejos le pueden ayudar a mantener un flujo biliar saludable en personas con estreñimiento, gases inoloros y con patología orgánica descartada por su médico:
- Mantener el estómago con un pH correcto (muy ácido). Se sabe que la liberación del ácido clorhídrico (HCl) durante la digestión tiene un efecto colagogo, y que una menor producción de ácido clorhídrico se asocia al padecimiento de piedras en la vesícula biliar (10). Para ello, algunas soluciones imaginativas pueden ser: comer con hambre, beber el zumo de medio limón recién exprimido antes de las comidas o tomar suplementos de HCl si es necesario (11).
- Al zumo de limón se le puede añadir unas gotas de un suplemento de extractos estandarizados de plantas amargas como la alcachofa, el cardo santo, el cardo mariano, la raíz de genciana, la manzanilla amarga, la naranja amarga, etc. Estas plantas tienen un efecto colagogo y pueden ayudar en caso de dispepsia (12).
- Puedes tomar algún café en ayunas, por su efecto estimulador de la vesícula biliar (13). No es un recurso que recomiende para ir al baño regularmente, ya que puede generar una cierta dependencia bajo mi punto de vista.
- No sigas una dieta muy baja en grasa. La grasa presente en la alimentación favorece la contracción de la vesícula biliar y puede ayudar a mantener un flujo biliar correcto (14). Imagino que por ésta vía, se puede explicar la recomendación tradicional de tomar una cucharada de AVOE (aceite de oliva virgen extra) en ayunas seguido de un vaso de agua con unas gotas de limón. Aunque al igual que ocurre con el café, no es algo que recomiende hacer cada día, puede ser útil en las fases iniciales del proceso de recuperación del flujo biliar.
Corolario
Por todo ello, si es de esas personas que hace una dieta muy rica en fibra fermentable, sufre estreñimiento de causa desconocida, se tira muchos pedos sin olor, y su médico ha descartado una patología orgánica de base, la inhibición de la metanogénesis mediante la estimulación del flujo biliar puede ser la solución a su problema.
Bibliografía
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Amante de la fisiología humana, el entrenamiento y más, Néstor, co-fundó Mammoth Hunters después de ayudar a Oriol mejorar su rendimiento deportivo y salud. Es un nutricionista clínico, entrenador y terapeuta. Además de Mammoth Hunters Néstor tiene una clínica donde ayuda a centenares de personas a estar más sanas.