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Actividad Física: ¿Terapia génica avanzada?

diciembre 27, 2014

En otros artículos hemos hablado de los beneficios de la actividad física sobre nuestra salud. Todos sabemos que el ejercicio puede reducir nuestro riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, la arteriosclerosis o el cancer.

Lo emocionante, es que poco a poco vamos conociendo más mecanismos concretos de cómo esto ocurre.

Anteriormente ya hemos hablado de las sustancias producidas durante la actividad física en el músculo son altamente antinflamatoiras; O de como todo el metabolismo se prepara para gestionar los alimentos si previamente nos hemos movido.

Ahora una nueva investigación nos muestra como afecta la actividad física sobre nuestro ADN. Y es que sí amigos, el ejercicio, según un nuevo estudio, cambia la forma y el funcionamiento de nuestros genes.

El genoma humano es increíblemente complejo y dinámico, con genes constantemente encendiéndose o apagándose dependiendo de las señales bioquímicas que reciben del cuerpo. Cuando los genes se activan, expresan proteínas que generan respuestas fisiológicas en el organismo.

Hace tiempo que sabemos que ciertos genes se activan o se calman como resultado del ejercicio. Pero no habíamos comprendido aún cómo esos genes saben la manera concreta en la que deben responder al ejercicio.

El control sobre la expresión de nuestros genes. La epigenética:

epigenetica

Los nuevos avances en epigenética, el estudio del proceso por el cual se estimulan o silencia el funcionamiento de genes, ha permitido empezar a poner luz sobre estas incógnitas.

Los cambios epigenéticos se producen en el exterior del gen, principalmente a través de un proceso llamado metilación. En la metilación, grupos de átomos, llamados grupos metilo, se adhieren a la parte exterior de un gen como moluscos microscópicos y hacen que al gen más o menos capaz de recibir y responder a señales bioquímicas del cuerpo.

Los científicos saben que los patrones de metilación cambian en respuesta a nuestro estilo de vida. Comer ciertos alimentos o estar expuesto a contaminantes, por ejemplo, puede cambiar los patrones de metilación en algunos de los genes de nuestro ADN y afectar a las proteínas que expresan.

Aunque el campo de la epigenética, a actividad física y la metilación se encuentra aún en estadios iniciales, empiezan a publicarse ciertos trabajos. Algunos estudios han encontrado que una sola sesión de ejercicio conduce a cambios inmediatos en los patrones de metilación de ciertos genes en las células musculares.

Aún más, un estudio realizado por científicos del Instituto Karolinska en Estocolmo reclutaron a 23 hombres y mujeres jóvenes y sanos y los llevaron al laboratorio para una serie exámenes médicos y de rendimiento físico, incluyendo una biopsia muscular y luego les pidieron que ejercitaran solo una de sus dos extremidades inferiores durante tres meses.

Uno de los obstáculos en el pasado para estudiar con precisión los cambios epigenéticos ha sido que muchos aspectos de nuestras vidas afectan a nuestros patrones de metilación, por lo que es difícil aislar los efectos del ejercicio de los de la dieta o de otros comportamientos.

Así los científicos del Karolinska superaron de manera simple y brillante unos de los principales obstáculos al estudio en este campo: aislar los efectos del ejercicio sobre el resto de factores ambientales u orgánicos. Cada persona se convirtió en su propio grupo de control. Ambas piernas se someterían a los patrones de metilación influenciados por toda su vida; pero sólo la pierna pedaleo mostraría cambios relacionados con el ejercicio.Los voluntarios pedalearon con una sola pierna a un ritmo moderado durante 45 minutos, cuatro veces por semana durante tres meses. A continuación, los científicos repitieron las biopsias musculares y el resto de pruebas con cada voluntario.

Utilizando análisis genómicos muy sofisticados, los investigadores determinaron más de 5.000 sitios en el genoma de las células del músculo de la pierna ejercitada mostraban nuevos patrones de metilación. Algunos mostraron más grupos metilo; algunos menos. Pero los cambios fueron significativos y no se encontraban en la piernas no trabajadas.

Curiosamente, muchos de los cambios de metilación estaban en porciones del genoma conocido como potenciadores que pueden amplificar la expresión de proteínas por parte los genes. Y la expresión génica fue notablemente aumentada o cambiada en los miles de genes de las células del músculo que los investigadores estudiaron.

Regulación del Metabolismo y la actividad física como terapia antinflamatoria:

Muchos de los genes que solo sufrieron cambios en la pierna entrenada, se sabe que juegan un papel en el metabolismo energético, la respuesta de insulina y la inflamación dentro de los músculos. En otras palabras, el efecto sobre la mejor respuesta metabólica o la producción de sustancias antinflamatorias podría estar orquestada desde las adaptaciones que realiza nuestro ADN al estímulo “actividad”.

El resultado es que ahora hemos dado un pequeño pasito más en la comprensión de los complicados procesos multifactoriales que ocurren durante la actividad física que hacen ejercicio tan saludable para nosotros.

Así aunque quedan aún muchas incógnitas por resolver como cuanto tiempo persisten estos cambios si se para la actividad física o que tipo de actividad produce más cambios, cada vez podemos afirmar desde más perspectivas que la actividad física es una catalizadora de la salud de las personas pues aunque no sueno tan moderno es una terapia génica de los más avanzada.

Borges dijo en su dia: «Yo creo que habría que inventar un juego en el que nadie ganara.» Y lo que no sabía es que con la actividad física todos gana…

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